jueves, 1 de junio de 2017

Migraña, Jaqueca


Migraña y Jaqueca son dos términos sinónimos para designar el mismo problema, cuyo cuadro clínico se caracteriza por episodios, más o menos frecuentes, de dolor de cabeza (generalmente de un solo lado). El dolor suele ser pulsátil (como un latido), que duran entre 4 y 72 horas y que, en general, es de intensidad fuerte o muy fuerte, puede producir náuseas y vómitos, y es repetitivo. La luz y los ruidos suelen empeorarla.
Pueden desencadenarla cosas tan corrientes como los cambios en el horario de dormir, la falta o el exceso de sueño, el cansancio, la menstruación, los cambios atmosféricos, la ansiedad o el estrés, determinados alimentos (quesos fermentados, yogur, fiambres, salchichas, chocolate o platos muy condimentados), bebidas alcohólicas (vino) o medicamentos (anticonceptivos).
En algunas personas, antes del dolor, aparecen síntomas, llamados aura, que avisan de que llega el dolor de cabeza: 
  • Manchas negras, líneas en zigzag o luces que parpadean en los ojos.
  • Pérdida de visión de un ojo.
  • Hormigueos.
  • Debilidad en algún brazo.
No se conoce bien cuál es la causa de la migraña, aunque muchas veces puede ser hereditaria. Afecta más a mujeres y a gente joven. Los niños también pueden padecerla.
El inicio de la migraña suele ser antes de los 30 años y supone que has de tener que vivir con ella durante gran parte de tu vida. Esto indica que, en la actualidad, no hay tratamiento para curar dicha dolencia, aunque sí se dispone de un conjunto de fármacos que pueden controlarla satisfactoriamente y que resuelven las crisis de dolor.
Para diagnosticar este tipo de dolor de cabeza, no es necesario hacer análisis ni radiografías.
Información relevante en la migraña
  1. La migraña es una condición crónica, incurable.
  2. Los episodios de dolor de la migraña son todos ellos controlables con tratamiento específico, si se sigue un patrón de administración correcto.
  3. Esta enfermedad suele remitir (y no se presentan episodios ulteriores o muy raramente) en la post-menopausia o a partir de los 45-50 años.
  4. Es fundamental identificar que alimentos o situaciones actúan como desencadenantes o agravantes en cada persona para poder evitarlos.
  5. No hay datos suficientes para hacer recomendaciones dietéticas específicas y sólo son de aplicación aquellas restricciones alimenticias que el enfermo estime oportunas.
  6. Hay que evitar cambios en el patrón de sueño.
  7. Es conveniente seguir un ritmo de vida ordenado y relajado.
  8. Es indicación para consultar con el médico cualquier variación en la presentación de los episodios o cambios en el tipo de dolor.
¿Qué puede hacer? Para prevenirlo, procure detectar si alguna de las causas mencionadas anteriormente puede producirle migraña, y trate de evitarlas. 
  • Debe identificar qué alimentos o situaciones actúan como desencadenantes o agravantes para poder evitarlos. 
  • Duerma con un horario regular. Evitando cambios en el patrón de sueño.
  • Acostúmbrese a hacer ejercicio: de 30 a 40 minutos, de 4 a 6 veces por semana (andar, nadar, ir en bicicleta).
  • Intente disminuir su estrés diario. Siguiendo un ritmo de vida metódico y relajado.
  • Consultando a su médico de familia ante variacións en la presentación de los episodios, aumento de la frecuencia e intensidad así como ante falta de respuesta a los tratamientos indicados. 
Cuando tenga la crisis de migraña, tome los medicamentos tal como su médico le haya indicado. Hágalo en cuanto note que le empieza el dolor de cabeza. También puede ayudarle descansar en una habitación tranquila, sin luz. No abuse de los medicamentos: podrían producirle aún más migraña o dolor de cabeza diario.
¿Cuándo consultar a su médico de familia?  
  • Cuando los medicamentos que tome no sean eficaces o tenga que usarlos muy a menudo, o si cambian las características del dolor.
  • Si el dolor de cabeza se acompaña de fiebre.
  • Después de una crisis de dolor que ha precisado atención urgente.
¿Cual es su tratamiento? Como se indicaba anteriormente, la migraña no tiene cura. Pero sí hay tratamiento para los episodios de dolor que la caracterizan y que podemos dividir en: A) Tratamiento sintomático; B) Tratamiento preventivo:
Seguir uno u otro tratamiento, o ambos, requiere de la consideración de muy diversas circunstancias y la decisión debe ser el resultado de un acuerdo entre el enfermo y el médico, tras analizar las características específicas de cada paciente.
En este sentido, resulta de utilidad informar al médico de una serie de aspectos de los episodios de dolor y su frecuencia, para un correcto tratamiento. Así, se debe recoger la siguiente información (para proporcionarle al médico) sobre los episodios de dolor: 
  • Frecuencia o número de episodios en el último mes. Intensidad del dolor e invalidez que genera cada episodio.
  • Hora de inicio de cada episodio.
  • Duración de cada episodio.
  • Síntomas o forma de presentación, en cada caso.
  • Fármacos (y dosis) que se han tomado para el control del dolor.
  • Resultado del tratamiento aplicado.
Tratamiento del episodio de dolor (o tratamiento sintomático)
Para este supuesto se dispone de los siguientes recursos farmacológicos que han de ser supervisado en su dosis pauta y duración por su médico de familia; TRATAMEINTO ESCALONADO:
  1. Analgésicos simples o calmantes (tipo acetilsalicílico o paracetamol). Se usan mucho, pese a ser poco eficaces para el control de los episodios de dolor. No es conveniente recurrir a este tipo de fármacos, en este caso, ya que aparte de la baja eficacia, resultan favorecedores de la conversión del episodio de migraña en otro tipo de dolor de cabeza (frecuentemente la denominada cefalea crónica diaria).
  2. Antiinflamatorios (tipo diclofenaco o naproxeno). Son útiles en los episodios de dolor no muy intenso. Pueden producir efectos secundarios molestos (sobre todo el área gastro-intestinal).
  3. Triptanes (tipo sumatriptan). Son los fármacos específicos para tratar los episodios de dolor de la migraña. Constituyen actualmente el tratamiento de elección para los episodios de dolor intenso o muy intenso.
Tratamiento de prevención de los episodios de dolor (tratamiento preventivo)
Se recomienda que cuando los episodios de dolor se repiten en número de 3 o más al mes, al tratamiento de control del dolor se le debe añadir una medicación de carácter preventivo que reduzca la frecuencia e intensidad de aparición de tales episodios.
Suelen ser eficaces en el control de la migraña. A modo de referencia, se considera que hacen una buena función cuando la frecuencia de episodios de dolor se ve disminuida más de un 50%.
Este tipo de medicación sólo debe usarse bajo indicación y control estricto por parte del médico.
Los fármacos preventivos deben usarse diariamente, en general en una toma única, tanto que exista cefalea como que no. Esta medicación no basa su eficacia en el mecanismo analgésico, por lo que sólo la administración continua demuestra tener eficacia en el control de la jaqueca. Simultáneamente, cuando aparece un episodio de dolor durante la toma del tratamiento preventivo, debe tomarse el tratamiento sintomático indicado por su médico.
Hay que tener en cuenta, sea cual sea el fármaco elegido, que su efecto no suele aparecer hasta que cumplir 3 semanas de tratamiento, por lo que no debe descartarse un fármaco por ineficaz hasta que se ha seguido durante un tiempo mínimo de un mes.
El hecho de que un fármaco no resulte eficaz, en dicho supuesto, no implica fracaso y cabe probar con otro distinto, de otro grupo farmacológico.
Por lo general, el tratamiento preventivo, se aplicará en ciclos, que se consideran (por término medio) de 3 meses, es decir, no se debe adoptar como un tratamiento crónico de uso a lo largo de la vida.
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