miércoles, 14 de noviembre de 2012

Fascitis Plantar, dolor en talón



Hay muchas causas de dolor en el área del talón, pero la más frecuente es la inflamación de una membrana o banda de la planta del pie (fascia plantar) en la zona del talón. Se denomina fascitis plantar.
  • La fascitis plantar es la primera causa de dolor en talón y supone un motivo frecuente de consulta a los médicos de familia y comunitaria.
  • Para su diagnóstico suele bastar con unas preguntas sobre el tipo de dolor, la evolución y la exploración física, siendo característico un dolor matutino con los primeros pasos.
  • Su causa es múltiple... siendo el sobrepeso y los incorrectos hábitos deportivos sus factores de riesgo más frecuentes.
  • Su evolución es favorable mejorando con tratamiento en 1 año.
El síntoma más importante que produce la fascitis plantar es el dolor en la planta del pie, fundamentalmente al caminar, cuando el talón toca el suelo. Puede ser debida a la aparición de un espolón calcáneo, que es un pequeño crecimiento del hueso donde la fascia plantar se engancha con el talón. El que exista un espolón no quiere decir que tenga una inflamación, pues hay personas que tienen espolón sin dolor alguno en la planta del pie. 
El tratamiento siendo su causa múltiple, precisa de la suma de varias actuaciones.
Cuanto antes se inicie el tratamiento, mayor probabilidad de éxito, aunque la mayoría de recomendaciones tienen una evidencia limitada su suma puede conseguir la recuperación. Siempre empezaríamos por la evaluación de los factores de riesgo, peso y calzado, para iniciar tratamiento con medidas higiénicas, ejercicios de estiramiento y antiinflamatorios (AMF 2008;4(4).).

Medidas higiénicas: Consistenen emplear calzado adecuado, reducir el peso hasta valores óptimos, evitar caminar descalzo y realizar reposo relativo evitando la sobrecarga prolongada. Para aliviar el dolor pueden resultar útiles los vendajes funcionales de descarga y la aplicación de frio. Podemos añadir el efecto de “masaje” aplicar hielo local (unas cuatro veces al día, no más de 10 minutos seguidos y nunca directamente en contacto con la piel). Una forma útil de aplicar el frio, es mediante  una botella congelada, pisándola y rodando repetidamente para favorecer el estiramiento del tejido a la vez.
Ejercicios de estiramiento: Los ejercicios de estiramiento de la fascia plantar, del tendón de Aquiles y de la eminencia tenar pueden ser útiles; te recomiendo revises estos ejercicios en el blog de Fisioterápia en Atención Primaria.
  • Para el estiramiento de fascia plantar se coloca la pierna lesionada por detrás de la sana, con los talones apoyados en el suelo por completo y siguiendo ambos una línea imaginaria. Se procede a doblar lentamente ambas rodillas. Se recomienda mantener esta posición unos 15 segundos, repitiendo el estiramiento unas 6-8 veces al día.
  • El estiramiento del tendón de Aquiles se realiza colocando la pierna lesionada completamente estirada detrás de la sana y apuntando el pie afectado al talón del pie sano, con las manos apoyadas en la pared. A continuación se procede a inclinarse hacia delante, doblando la pierna sana simultáneamente. Se recomienda realizarlo unos 10-15 segundos 3-8 veces al día.
  • La musculatura tenar (músculos de la planta de los dedos) se refuerza colocando la eminencia tenar (puntilla del pie) sobre un escalón o apoyada contra la pared y empinando lo máximo que se pueda sobre los dedos de los pies.
Antiinflamatorios no esteroideos: Su función es aliviar el dolor y la inflamación, especialmente en casos de dolor agudo. Su efectividad es limitada en el tiempo.

Ortesis: Las más utilizadas son las ortesis nocturnas y las taloneras. Las ortesis nocturnas tienen como objetivo evitar la flexión plantar manteniendo el tobillo en posición neutra y pasiva mente estirar la musculatura de la pantorrilla y de la fascia plantar. Las taloneras blandas permiten reducir la tensión sobre el talón dando soporte al arco plantar (ver taloneras y espolón en el Blog de Fisioterapia en Atención Primaria). El uso de tablillas de utilización nocturna no tiene evidencia de resultados en los cuadros de dolor crónico.

El resto de medidas como la infiltración con corticoides, las ondas de choque extracorpórea, o la cirugía suele reservarse para casos resistentes a los tratamientos anteriores. El uso de tratamiento con láser, ultrasonidos o plantillas con láminas electromagnéticas es muy limitado y no se dispone de evidencia que respalde su uso.

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